En el pasado, para seguir los movimientos de los usuarios en Internet, las empresas tenían que recurrir a complejas tareas de investigación que consumían todo su tiempo y sus esfuerzos. Esto ha cambiado con la aparición de herramientas como los mapas de calor (o heat maps), que permiten identificar en un solo golpe de vista las zonas de tu web que más llaman la atención de la audiencia.
Mapas de calor: descubre cómo se comportan tus visitas
Para cualquier empresa con presencia en Internet, uno de los grandes retos es poder conocer en cada momento el comportamiento de su audiencia. Trasladado al terreno de las webs, saber cómo interactúan los usuarios y qué aspectos llaman más su atención puede ser clave a la hora de mejorar el rendimiento de nuestro sitio. Entre la lista de alternativas de las que disponemos hoy en día para conseguir esta información, cobran cada vez más importancia los mapas de calor.
Un mapa de calor -o heat map- es un gráfico que emplea una jerarquía de colores para mostrarnos los elementos más relevantes de nuestra web. Si al consultar un catálogo o un periódico el ojo humano tiende a fijarse en una zona concreta, al navegar por Internet sucede lo mismo. Los mapas de calor concretan estos focos de atención que atrapan nuestra mirada y los plasman mediante una representación termográfica, en la que los puntos de más interés (o ‘puntos calientes’) se identifican con los colores cálidos y los de menos, con los tonos fríos.
Para llegar a estas conclusiones, se utiliza una tecnología de rastreo similar a la empleada en los estudios eye-tracking, pero en vez de realizar un seguimiento de los movimientos oculares del usuario, se registran los movimientos del ratón. En efecto, existe una amplia correlación (cercana al 88%) entre dónde está situado el puntero del ratón y el lugar al que dirigimos nuestra mirada. Según esto, un ‘punto caliente’ es aquel en la que una persona posa el ratón durante un cierto período de tiempo, por lo general, más de un segundo y medio.
Tipos y utilidades de los mapas de calor
Puedes utilizar la información proporcionada por los mapas de calor con muchas finalidades, pero las más útiles y habituales son las siguientes:
- Saber en qué sitios compensa más poner publicidad. Con un mapa de calor podemos decidir fácilmente dónde colocar los banners para que las personas que entran a nuestro sitio se fijen en ellos.
- Detectar fallos de diseño web. Si tienes una web cuyo objetivo es, por ejemplo, captar contactos, puedes instalar en ella un mapa de calor y así saber si estás dándole la importancia que merece al formulario.
- Conocer la visibilidad tienen ciertos elementos dentro de tu web. Si queres destacar alguna sección o elemento en concreto, un mapa de calor te ayudará a saber si vas por el camino correcto. Combínalo con un test A/B y tendrás toda la información que necesitas para orientar tu estrategia.
También existen distintos tipos de mapas de calor. Puedes elegir uno u otro, en función de cuáles sean tus objetivos o de lo que pretendas medir:
- Mapas de clicks. Su propio nombre lo indica: son mapas que reflejan las zonas en las que los usuarios hacen click. No se consideran mapas de calor en sentido estricto, pero se engloban en este grupo porque los resultados que ofrecen son similares. Más que limitarse a medir el paso del ratón, hablan en términos de conversión, ya que registran datos basados en comportamientos directos. Son muy útiles para determinar, por ejemplo, los productos que tienen más protagonismo dentro de un catálogo, el interés que despierta un vídeo o los elementos clickables que no se están entendiendo como tal.
- Mapas de movimiento del ratón. Son los mapas de calor propiamente dichos. Tienen un margen de error algo mayor que los anteriores, al medir trayectorias y no interacciones directas. Sin embargo, por esta misma razón, este sistema ofrece mucha más información y ayuda a concretar las zonas en las que se está produciendo la mayor parte de la actividad de los usuarios.
- Mapas de scroll. Son muy habituales en one pages y sitios web que obliguen a hacer mucho scroll para visualizar todo el contenido. Con ellos podemos determinar hasta qué nivel de la página llegan los usuarios, en qué punto dejan de hacer scroll y en qué zonas se paran más.
Ahora que ya sabes todo lo que los mapas de calor pueden hacer por tu web, probablemente te estés planteando utilizarlos en tu estrategia. Existen muchos recursos para obtenerlos, algunos gratuitos, pero mucho menos eficaces y con muchas menos funcionalidades que los de pago. En cualquier caso, lo ideal es acudir a un profesional del desarrollo y diseño web que te ayude a sacarles todo el partido. ¿Hablamos?